Remo baila como loco, se tira al piso, traspira, dice parlamentos extraños. Remo es actor y está dispuesto a interpretar lo que haya que interpretar para hacer unos pesos extra y tener un buen billete para viajar a Londres. Remo quiere que su trabajo de actor en el circuito off (y también en inauguraciones de comercios y otras menudencias) lo lleve cerca de su hijo, a quien no ve hace mucho y prometió visitarlo el día de su cumpleaños.

Patricio Abadi (Licenciado en Comunicación con orientación en Letras y egresado del Conservatorio en la carrera de Dramaturgia dirigida por Mauricio Kartun) creó a Remo, un personaje entrañable, inocente y algo despistado y torpe que lucha para ser mejor padre y actor. La directora Paula Marrón lo lleva a escena con precisión y potencia. Mientras Remo nos muestra varios de sus personajes, incluido un monólogo shakespeariano junto a su tortuga Artaud (el coprotagonista es de verdadera carne y caparazón que hasta come durazno en escena), en un escenario vacío apenas poblado por una escalera y chucherías, expone su deseo de audicionar en la Royal Shakespeare de Londres.

De lograrlo, cumplirá su sueño por partida doble: dejará de ser ese actor de vuelo bajo y se reencontrará con su hijo al entrar por la puerta grande del primer mundo: la gloria y el reconocimiento. El regreso a Ítaca, la reconciliación con su profesión y su paternidad, sueña él, es con su álbum blanco: reinterpretar en suelo británico al clásico shakespeariano con su flamante creación Hamlet Balboa, el drama del ser o no ser mechado con la emotividad (y la musiquita) de la célebre película de boxeo y autosuperación.

Remo mientras tanto hace balance de su vida, de cómo conoció a la madre de su hijo, de los sueños de vivir (no subsistir) del teatro en la ciudad, de su (otra) lucha contra el alcohol y la evidente falta de perspectivas superadoras a futuro.

La obra habla de un hombre que quiere ser mejor. Mejor padre, mejor profesional. Pero también pinta un espíritu generacional de desencanto y ansiedad ante el futuro incierto. El reencuentro con su primogénito se convierte así en su todo. En el mientras tanto, Remo hace chistes, se ríe de sí mismo, explica qué significa ser actor del off. También recuerda, sueña y ensaya sus personajes. El espíritu busca y testarudo de Rocky se apodera de Remo en este gran unipersonal que convence, emociona y deja al público contra las cuerdas.

Ficha técnica:
 
Actor: Patricio Abadi
Diseño de Luces: Ricardo Sica
Diseño de Vestuario: Cecilia Zuvialde
Diseño Sonoro: Malena Graciosi
Coreografía: Marina Otero
Fotografía de la obra: Phos Fotografia - Yanina Maríngolo
Fotografía de afiche: Laura Mourenza
Comunicación Visual: Instinto (de comunicación)
Prensa: Correydile
Dramaturgia: Patricio Abadi
Dirección: Paula Marrón

Camarín de las Musas. Sábados 21 horas.